El arrebato de la infancia

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La leucemia es el cáncer pediátrico más común en todo el mundo, siendo la segunda causa de muerte en Chile. En estos casos la familia cumple un rol fundamental para afrontar el cáncer y la recuperación del paciente.

Por: Consuelo Briceño, Joaquín Véliz y Constanza del Pedregal.

La leucemia es un tipo de cáncer que afecta a los órganos productores de la sangre. Se caracteriza por el exceso de proliferación de glóbulos blancos anómalos en la sangre y también en la médula ósea. Según un estudio realizado por el Registro Nacional del Cáncer Infantil (RENCI), un 40,1% de niños chilenos que tuvieron cáncer entre 2007 hasta 2011 fueron diagnosticados con leucemia.

Ilustración por: Elena Istomina

La tasa de supervivencia relativa de la leucemia a 5 años ha mejorado de manera sustancial durante las últimas décadas en los menores de 15 años, pero varía según el tipo de leucemia. En el siguiente gráfico se considera a la leucemia linfoblástica aguda, leucemia mieloide aguda y leucemia mieloide crónica comparadas con EEUU, Europa y Chile en el periodo 1990–2000.

El cáncer pediátrico no afecta únicamente a la persona que padece la enfermedad, sino que también a su familia. Significa en muchos casos un cambio en la forma de relacionarse dentro del núcleo familiar debido a que surgen nuevas preocupaciones, temores y necesidades tanto físicas como emocionales.

El caso de Javiera Briceño es un fiel reflejo de lo que deben vivir cientos de niños chilenos cada año. El cáncer pediátrico es una enfermedad que les arrebata la infancia debido a las constantes quimioterapias y la persistente lucha para sobrevivir.

“Psicológicamente la enfermedad me marcó mucho en temas de mi autoestima, siempre tuve que nivelarme no solo en el ámbito académico escolar, sino que también tuve que recibir apoyo para poder nivelarme a nivel de mis pares porque yo tenía el vacío de una infancia no vivida” — Javiera Briceño, padeció leucemia mieloide aguda a los 8 años.

Javiera aconseja a los niños y niñas que han superado o que están luchando para superar el cáncer que, si bien, es una enfermedad dura, hay que ser muy fuerte porque el tiempo lo cura todo. Hay que tratar de mejorar y tener presente que con el apoyo de la familia se puede salir adelante.

Según un estudio arrojado por el centro Pinda (unidad Oncología Infantil de Chile) hoy en día el 78% de los niños y adolescentes diagnosticados con cáncer sobrevive. Esto dependiendo del tipo de cáncer y el riesgo de este, la sobrevida puede ser mayor o menor.

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